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¿Pero cuando comenzó?
¿Acaso en el pachecato empezó?
Lo cierto que era chico
Y aunque no les creía un pico;
No imaginé la mancha al uniforme
Del ejército de Artigas tan enorme
Grave error lo reconozco,
Ya que olvidarlo es tosco,
Este es ejército de Rivera,
Que no es una razón cualquiera,
La historia menos conocida
Cuenta que de los Charrúas es genocida.
Se repite y se repite: “El militar
Está llamado a grandeza realizar”.
Todos dicen a Artigas seguir,
Mas cuando la tierra hay que repartir
Es les eriza la piel, porque al capital
Les ordena dejarla, el poder imperial.
La patria un siglo distorsionada
A causa de la ambición de la militada.
Los “riveristas” ahora son colorados
Contra “oribistas”, de blanco encausados.
Algunos civiles dejan al país equilibrado
Y otra vez aparece un coronel “iluminado”
El Blanco Berro toma la rienda,
Por primera vez logra se atienda
A la economía Oriental malograda
Por las dos bandas por mucho enfrentadas.
Pero Flores, que no es así entiende
Y otra vez la traición se enciende.
El ejército brasilero apoyando
Y el buen presidente dudando,
Al fin renuncia para poder evitar
Al pueblo su sangre derramar.
Otra vez entre soldados triunfa la inquina
Y llegamos en este siglo a la peor esquina.
La ayuda a Flores hay que pagarla,
Es tan cara que se hace duro contarla,
Transforma la patria hasta ahora defensiva,
Durante la Triple Alianza, en agresiva.
Él mismo marcha al frente sin decidio,
Para cometer en Paraguay genocidio.
La República todavía es inmadura,
No sabe frenar la ambición más dura.
De pronto por muerte queda liberada
De sus grandes figuras más enfrentadas.
Pero apenas mueren Lavalleja y Rivera
Para urdir otro golpe se abre la tranquera.
Latorre primero y Santos después
aplastan la patria dejándola a sus pies.
El ochocientos termina en revolución
Y el siglo veinte “primerea” con sacudón.
Cae Aparicio el gran general Blanco
Y por fin la paz parece llegar a su estanco.
Se festeja el primer centenario
Y aparecen antes del aniversario,
Sendos triunfos mundiales deportivos,
Que hacen creer ser los elegidos.
Mas, tras un par de años, Terra maniobra
Y en otra dictadura termina su obra.
No todo el pueblo está dormido,
Lo que el ejército secuaz ha permitido,
Un grupo de valientes lo ha enfrentado.
Pocos lo saben, Paso Morlán fue regado,
De sangre de gente dispuesta a defender
Que la igualdad gobierne nuestro ser.
Socialistas, comunistas, colorados
E indómitos blancos son los “cruzados”.
Otra vez el pueblo mantiene el ideario
Que Artigas presentó en el escenario,
Decirle que NO al villano opresor,
Hasta evitar que resulte dictador.
Ahora sí que podremos confiar,
Pléyade de oficiales por confirmar,
Que la paz y la concordia buscada
Gente como Seregni la harán confirmada.
Dentro de la fuerza es otra cuestión,
Unos empujan la tolerancia, otros la reacción.
Década del sesenta, revolución cubana
Marca fuerte la acción latinoamericana.
Todos los pueblos en efervescencia,
Guerrillas, uniones de izquierda, conciencia.
Ni la muerte del “Che” Guevara maligna
Puede parar la lucha de la gente digna.
El imperio se pone nervioso,
Su plan de dominación es espantoso,
Cada ejército contra su pueblo en su país,
Harán cortar las rebeldías de raíz.
Para que nadie escape de los cercos,
El plan cóndor crearon los puercos.
Llegaron los años más infames y crueles,
Se detiene, tortura y mata en los cuarteles.
Obreros, estudiantes y médicos detenidos,
¿Dónde está Chávez? ¿Hay más desaparecidos?
Es el plan cóndor, ¡qué desconsuelo!
No hay quien pare su lúgubre vuelo.
Nuestros militares tienen un “honor”
Su fuerza hizo tres genocidios con dolor,
Eliminaron los Charrúas arteramente;
En Paraguay arrasaron industria y gente.
El brazo de la espada no descansa,
Contra las organizaciones sociales se lanza.
Violaciones, secuestros, saqueo,
Desapariciones,¡ qué conducta, que asqueo!
¡No se puede creer, algunos dicen aprobarla!
Es más, mediante constitución legalizarla.
La dictadura organiza el plebiscito
Y el pueblo más que votar NO, lanza un grito.
Fracasada la intentona militar
De quedarse con el poder tutelar,
El ciudadano vuelve a las calles,
Jóvenes, viejos, grandes y chicos, todos los talles.
Se votó en las internas dirigentes,
Aún no alcanza, presos están los valientes.
Hay un pacto, no es imparcial,
Falta un partido pero se firma igual.
Ya la apertura democrática no es;
Recordemos del pueblo cual era el interés,
Democracia para todos sin restricciones
Y un país libre sin tutelaciones.
Ya apareció el político ambicioso
Y a las exigencias se hace el “oso”.
Solo vacía las cárceles de luchadores,
Pero tranza con quienes han sido traidores,
Estudia una ley expresa de caducidad;
¡Los violadores de derechos tendrán impunidad!
Pasan los años, en todos recurridos,
Por una obra grande ¡LOS DESAPARECIDOS!
Los militares no hablan, solo dan silencio;
Está más que claro, se daría cuenta un necio,
La ley de caducidad impune los hace,
Evitando que nuestra justicia los cace.
Van dos plebiscitos perdidos, ¡Vamos!
Por anular esa ley no descansamos.
No se trata de revancha ni venganza,
Solo queremos de la justicia templanza,
Fue mucho el daño que hicieron,
Y sin arrepentimiento lo reconocieron.
Nunca descansaremos en la utopía
De ver libre al Uruguay de estas arpías.
La ley de caducidad se va muriendo,
El cerco de la impunidad se va perdiendo.
Ya no queda otro digno camino,
Memoria, justicia y condena es el destino.
Vaya el homenaje más sentido
A los movimientos sociales que han tenido
La capacidad de mantenerlos en vilo;
Obreros, estudiantes, familiares, ¡qué estilo!
¡Ustedes son verdaderos Orientales,
Estoy seguro, de Artigas hermanos carnales!
Daniel Marzoratti
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