Hungría no es tan importante como Grecia puesto que no pertenece a la zona euro. Pero la exposición de la banca de la zona euro, en especial alemana, a este país es muy alta.
El Gobierno español tenía razón: el próximo país en caer después de Grecia no iba a ser España. En efecto, ha sido Hungría. Su Gobierno reconoció ayer que la situación económica es "muy grave" y que "no es en absoluto una exageración hablar de suspensión de pagos", según el Primer Ministro, Viktor Orban. Con este penorama, volvieron a hundirse este viernes las bolsas mundiales y los bonos de los países periféricos, así como el euro, que rozaba los 1,20 dólares.
Hungría no es tan importante como Grecia puesto que no pertenece a la zona euro. Pero la exposición de la banca de la zona euro, en especial alemana, a este país es muy alta. Y, en todo caso, en un mercado tan sensible y volátil como el actual, estas noticias sólo contribuyen a minar la confianza de los inversores y provocan nuevas estampidas del dinero. Ahora, el temor es que la crisis de la deuda soberana se extienda fuera de la zona euro y afecte a Europa del Este.... y que estos países también tengan que ser rescatados.
Seguimiento:
Así, el Ibex bajó un 3,8% el viernes y ha perdido los 9.000 puntos, con lo que el desplome semanal se eleva el 5,3%. El diferencial de España con Alemania, la forma de medir la prima de riesgo de invertir en nuestro país, se vuelve a disparar hasta 1,97 puntos, máximo desde 1996. Es decir, los bonos españoles deben pagar 1,97 puntos porcentuales más que los alemanes para que los compren los inversores. Y el CDS (seguro contra riesgo de impago) se encuentra en la zona de 255 puntos básicos.
No contento con provocar el pánico en los mercados mundiales, el Primer Ministro magiar añadió que el anterior Gobierno mintió en las estadísticas económicas del país como Grecia. Algunos analistas, como BNP Paribas, quitaron hierro a estas declaraciones diciendo que deben interpretarse en clave de política interna. En efecto, el anterior mandatario húngaro, Peter Oszko, salió a la palestra para negar que el país se encuentre al borde del default puesto que su deuda pública supone sólo el 78% del PIB frente al 115% de Grecia.
Puede que así sea, pero los mercados son miedosos por naturaleza y prefieren deshacer posiciones en cuanto ven el humo antes de que les pille el fuego. Y estas declaraciones, tachadas de "ridículas y extremadamente peligrosas" por Royal Bank of Scotland, provocaron el hundimiento del florín, la moneda húngara, y la vuelta a las turbulencias en el euro y los mercados europeos. El ejecutivo magiar apresentará a lo largo del fin de semana un informe sobre el estado real de la economía y, en 72 horas, un plan drástico de acción para calmar a los mercados.
"Aquí hay dos lecturas principales: la primera es que esto va a incrementar la factura del rescate para la UE; y la segunda es que ningún país periférico es fiable si resulta que todo el mundo manipula las estadísticas", explica un analista español independiente. En cuanto al primer asunto, ayer se extendió la opinión de que el plan de rescate de 750.000 millones de euros, que todavía está en fase de aprobación por los diferentes Parlamentos nacionales, tendrá que incrementarse si la crisis húngara se extiende a otros países de la región, porque la UE no puede permitirse el hundimiento de los países de la ampliación.
La segunda de estas cuestiones, la desconfianza en las estadísticas oficiales, explica en buena parte la nueva subida de la prima de riesgo de España y del resto de países periféricos del euro. Como es sabido, los analistas internacionales nunca han terminado de creerse las cuentas de la banca española; y si ahora ven que otros países parecidos a nosotros (España se mete en el mismo saco que Grecia o Hungría) reconocen haber mentido en sus cifras, es inevitable que la sospecha se extienda a nuestras cuentas públicas.
Nuevos problemas de financiación para la banca... y para España
El impacto del derrumbe húngaro fue ayer demoledor en la banca europea. Société Générale se hundió el 7,6%, BBVA perdió el 6,84%, Intesa el 6,1%, BNP Paribas el 5,97%, Santander el 5,78% y Unicredito, el 5,68%.
Mucho más importante que la posible exposición de las entidades a la deuda húngara (prácticamente nula en el caso de las españolas), el impacto en el sector bancario puede venir por un nuevo encarecimiento de los costes de financiación, que ya se habían disparado después de la crisis griega por la escalada del riesgo soberano, y por la guerra de depósitos en el caso español. En las últimas semanas, además, tanto el interbancario como los mercados de emisiones mayoristas se han cerrado todavía más. "Ahora mismo es imposible emitir en mercado", reconocen en un banco español.
Esta incapacidad para captar nueva financiación puede traducirse en un nuevo cierre del grifo del crédito ahora que estaba repuntando. Pero el gran peligro son los vencimientos de deuda que afrontan las entidades y que deben refinanciar si no quieren incurrir en impago. Esas amenazas son las que asustan a los inversores. Y no sólo por los bancos. Las próximas subastas de deuda del Tesoro español van a ser dificilísimas: etse jueves comienza el baile con una colocación de bonos a 10 años.
Súmese en Facebook, Enlace:
Difundiendo el periodismo alternativo,
somos mas gente pensando.
Formemos nuestra opinión
Nuestro Norte es el Sur