Recogida de firmas para que el presidente de la Republica Oriental del
Uruguay, Jose Mujica abandone su proyecto de venta del patrimonio natural
de las Dunas del Cabo Polonio a los capitales privados.
Carta abierta al Señor Presidente de la República José Mujica, 30 de mayo
de 2011.
Estimado Señor Presidente:
Mi padre me enseñó que los buenos servidores públicos debemos defender
siempre los intereses y fines del Estado y de la Nación y es por eso que
he decidido escribirle. Quienes defendemos el Patrimonio del Estado no
debemos darle ganas de llorar al Sr. Presidente.
Hace pocos días Usted habló públicamente defendiendo la idea de que
las Dunas del Parque Nacional Cabo Polonio sean vendidas para recaudar
fondos con los cuales proveer tierras productivas a los colonos.
Los objetivos del Instituto Nacional de Colonización son muy
importantes, pero su cumplimiento no debe ser hecho en detrimento de
otras obligaciones que tiene el Estado, porque el Estado tiene múltiples
funciones que cumplir.
Su error es el de considerar improductivas a las Dunas del Cabo Polonio.
Aparte de la arena que usted ve, esas dunas tienen para muchos
ciudadanos ya nacidos como yo, un altísimo valor estético, histórico,
geológico, biológico y espiritual que Usted no debe negar por el hecho
de no reconocerlos.
Del mismo modo que Usted fue perseguido en el pasado por quienes no
comprendían su lucha, Usted, quien ha sufrido tal persecución, debería
estar mas atento a los reclamos que hacemos quienes ahora somos
tildados de ecologistas. Tal adjetivo a mi no me molesta, como sin duda
a Usted no le molestó en el pasado haber sido tildado de izquierdista.
Usted y nosotros, con prioridades distintas, luchamos contra la ceguera.
Le suplico que abra los ojos y note que la mitad de las cosas de la vida
no giran en torno al dinero.
¿Qué tendría de bueno vivir en un país donde el Patrimonio Nacional al
cual pertenecen esas dunas ya no existiera?
¿Se ha puesto a pensar que las dunas que sirvieron para demarcar los
límites entre los territorios de los reinos de España y Portugal en 1750
no solamente no necesitan, sino que no deben tomar parte en el
desarrollo agropecuario del país y por ende no debe pedírseles que sean
productivas?
¿Acaso piensa luego poner a la venta las obras de Torres García que
hay en nuestros museos porque son improductivas?
¿No es también improductiva la casa Presidencial de El Prado?
¿Qué produce el Estadio Centenario?
Si usted lograra que se vendieran esas dunas que son sagradas para
mi y para muchos mas, la contribución que se haya hecho para la
compra de tierras que beneficien a colonos será olvidada pronto,
pero ¿Qué decirles a los que vendrán? Me refiero a las generaciones
de uruguayos que aun no han nacido y cuyo patrimonio habrán perdido.
La peor crisis, mucho peor que la crisis económica, es la crisis de
confusión de valores.
Piense que el criterio de improductividad fue el utilizado para traicionar
e intentar borrar definitivamente a la etnia Charrúa, quienes no eran
productivos. Pero un gobierno impulsivo erradicó esa cultura indígena
y con ellos el país perdió buena parte de su identidad, la cual algunos,
quizás también entre ellos Usted, aun estén buscando.
Recapacite y lejos de vender esas dunas haga que el Parque Nacional
Cabo Polonio cuya inauguración tuvo repercusión internacional, sea
un parque nacional de verdad y ¿sabe una cosa? Se sorprenderá por
la productividad que tendrán esas dunas que Usted quiere vender.
Atentamente
Juan Carlos Gambarotta
C.I. 1.711.527-6
Firmantes