Comunicador charrúa . Movimiento Originario, por la Tierra y los Derechos Humanos.
El grupo Monsanto, gigante Estadounidense de los pesticidas, ha sido condenado por primera vez en Francia por la intoxicación de un agricultor de Charentes.
“Monsanto es responsable de los daños causados de Paul François tras la inhalación del producto Lasso”, podemos leer en la sentencia del Tribunal de Gran Instancia de Lyon. En consecuencia, el Tribunal “condena a Monsanto completamente a Paul François por los daños ocasionados” precisa la sentencia del Tribunal, tras la consulta a un médico especialista del hospital Rothschild en Paris.
El 27 de abril de 2004, Paul François, un agricultor de cereales de Bernac (Charentes) de 47 años de edad está incapacitado, habiendo recibido en la cara los vapores de Lasso, un potente pesticida producido por el líder mundial de la agroquímica, al abrir la cuba de un vaporizador. De repente tuvo nauseas y después problemas de salud como (tartamudear, vértigo, dolor de cabeza, problemas musculares…) obligándole a dejar su trabajo durante casi un año. En mayo de 2005, un año después de haber inhalado los vapores, los análisis revelaron en su organismo residuos de monoclorobenzeno, un disolvente presente en un 50% en el producto Lasso, al lado del principio activo del anacloro. Tres años más tarde, el que se ha convertido en el portavoz de las víctimas de los pesticidas, la justicia le reconoció que sus problemas de salud como una enfermedad profesional por la Mutua social agrícola. Entonces puso una demanda por la vía civil contra Monsanto.
La Audiencia de la Cámara 4 de lo civil del TGI de Lyon, el 12 de diciembrre de 2011, su abogado François Lafforgue, reprochó a Monsanto de haber “ hecho todo por dejar el producto le Lasso en el mercado” mientras que su peligrosidad se estableció en los años 80, cuando se prohibió en Canadá, en Reino Unido o en Belgica. Sólo en 2007, se retiró del mercado francés. Según Lafforgue, Monsanto no habría cumplido con su obligación de información al no detallar la composición del producto en la etiqueta y al no advertir de los riesgos ligados a la inhalación, ni a la obligación de llevar una mascarilla.
El abogado de Monsanto, Jean-Philippe Delsart, pose en duda la veracidad de la intoxicación, subrayando que los problemas de salud sólo aparecieron meses después.
Monsanto es culpable. La empresa estadounidense líder de los productos agrícolas de síntesis y las semillas genéticamente modificadas ha sido condenada por el Tribunal de Gran Instancia de Lyon a indemnizar por daños y perjuicios a un agricultor francés de 47 años que, en 2004, inhaló por accidente su herbicida Lasso. Para Paul François y otros campesinos que ha sufrido las graves secuelas provocadas por el contacto con dicho artículo, la sentencia es un triunfo y podría sentar jurisprudencia para que se produzcan otras similares.
El 27 de abril de 2004, François, hoy inválido, recibió en el rostro emanaciones del herbicida al abrir el pulverizador para limpiarlo y se desmayó al instante. El agricultor, productor de cereales en Charente, comenzó a padecer náuseas, tartamudeo, vértigo, dolores de cabeza y otros trastornos que lo obligaron a interrumpir su actividad durante un año. En mayo de 2005, los análisis médicos descubrieron en su organismo restos de monoclorobenceno, un potente disolvente que forma parte de la composición del Lasso junto con el producto activo, el anacloro.
Tres años más tarde, según informa AFP, el agricultor consiguió que la justicia gala reconociera sus trastornos como enfermedad profesional. Animado por esta primera sentencia laboral, decidió erigirse en portavoz de las víctimas de pesticidas e inició una demanda individual contra Monsanto.
Etiqueta incompleta
Para el abogado del demandante, François Lafforgue, la compañía norteamericana faltó a su "deber de informar" al no detallar la composición del producto en la etiqueta y no advertir sobre los riesgos de inhalación ni sobre la necesidad de utilizar una máscara al manipularlo. Mientras que para el representante legal de Monsanto, Jean-Philippe Delsart, el herbicida Lasso no pudo ser el causante de la intoxicación del demandante, ya que sus problemas de salud solo aparecieron varios meses después.
Estudiadas todas las pruebas, el parqué lyonés decidió condenar a Monsanto a indemnizar totalmente a Pierre François "por su perjuicio" y decidió encargar un peritaje al hospital Rothschild de París, para que este calculase el montante de la indemnización. "Yo estoy vivo, pero parte de la población agrícola va a ser sacrificada y se va a morir a causa de esto", declaró Paul Francois a la agencia Reuters después de la vista.
Una sentencia histórica
Esta es una sentencia histórica en los anales de la Justicia francesa. Pleitos anteriores que relacionaban los problemas de salud de agricultores con la manipulación a determinados productos fitosanitarios habían fracasado debido a la dificultad de establecer vínculos claros entre las enfermedades y la exposición a los pesticidas.
La firma agroquímica de Misouri, por su parte, se plantea apelar la decisión de los jueces. "Nos parece que no existen elementos científicos suficientes que demuestren la relación de causalidad entre una eventual intoxicación con clorobenceno y los problemas de salud del señor François", ha anunciado el directivo de Monsanto France, Yann Fichet.
El caso de Francois se remonta a un período de uso intensivo de productos químicos de protección de cultivos en la Unión Europea. La UE ha prohibido desde entonces un gran número de sustancias consideradas peligrosas, entre ellas Lasso, que fue retirada definitivamente de Francia y otros países en 2007.