El Estado de Uruguay se ha construido en base al genocidio del pueblo Charrúa, pero sus descendientes estamos en un proceso de reconstitución como Pueblo y Nación, conjuntamente con nuestros hermanos charrúas de Argentina.
Así lo afirmó Mónica Michelena, representante del Consejo de la Nación Charrúa (CONACHA), en una declaración entregada esta semana en la undécima sesión del Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas.
Michelena explicó que el Genocidio de Salsipuedes “no implicó un exterminio de la población charrúa, como se nos inculcó desde las esferas públicas a través de los sistemas políticos y educativos”.
“Nosotros descendemos de aquellos trescientos o más sobrevivientes del genocidio, que fueron separados entre sí para repartirlos como sirvientes en las haciendas, entre los cuales hubo niños que fueron arrancados de los brazos de sus madres”.
“Ellos nos dejaron costumbres y pautas culturales, que se fueron trasmitiéndose de generación en generación hasta nuestros días” agregó.
Hace más de veinte años los charrúas están en proceso de reconstitución y trabajan salir de la “invisibilización estructural”. “Hoy los charrúas estamos vivos, estamos de pie y volvemos a construir juntos nuestro propio destino” expresó Michelena.
El Consejo de la Nación Charrúa (CONACHA) se constituyó el 2005 y es la única organización indígena de carácter nacional, que nuclea a ocho comunidades y asociaciones indígenas de distintos puntos del país.
Refirió que un estudio de ADN determinó que un 38 por ciento de la población uruguaya tiene origen amerindio. Asimismo, de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística, la población que se auto identificó con ascendencia indígena pasó de un 0,4% en 1996 a un 4.9%, según datos preliminares del Censo 2011.
La representante del CONACHE exhortó al Foro Permanente para que recomiende al Estado de Uruguay reconozca a los pueblos indígenas que habitan el país y que a la brevedad ratifique el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Ella ha concertado el lunes próximo una entrevista con James Anaya, relator especial para pueblos indígenas, a fin de hacer conocer sus inquietudes y peticiones.
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Estimado Presidente, estimados miembros del Foro Permanente y estimados hermanos indígenas
Sr. Presidente Edward John, quiero felicitarlo por su nombramiento, así como también quiero felicitar a la hermana Mirna Cunningham por su excelente labor desde la presidencia del Foro.
Soy Mónica Michelena, del Pueblo Charrúa de Uruguay. Es la primera vez que mi Pueblo está representado en una sesión del Foro Permanente. Vengo representando a al Consejo de la Nación Charrúa.
Luego de la independencia de los Estados, se continuó aplicando el mismo marco de dominación de la doctrina del descubrimiento, que ha servido y sirve de fundamento para la violación de los derechos humanos de los Pueblos Indígenas, como en el caso de las violaciones sexuales a las que fueron sometidas mujeres y niñas Ngobe Buglé en Panamá, en febrero de este año.
El Estado uruguayo se ha construido en base al Genocidio del Pueblo Charrúa. El 11 de abril de 1831 los charrúas sobrevivientes de la guerra de la independencia, en la que lucharon junto a Artigas, fueron asesinados en una vil emboscada, en manos del primer presidente de la República Oriental del Uruguay, el general Fructuoso Rivera. Es de esta manera que el propio Estado se apropia de nuestro territorio, para entregárselo a los hacendados de la época.
El Genocidio de Salsipuedes, no implicó un exterminio de la población charrúa, como se nos inculcó desde las esferas públicas a través de los sistemas políticos y educativos. Nosotros descendemos de aquellos trescientos o más sobrevivientes del genocidio, que fueron separados entre sí para repartirlos como sirvientes en las haciendas, entre los cuales hubo niños que fueron arrancados de los brazos de sus madres. Ellos nos dejaron costumbres y pautas culturales, que se fueron trasmitiéndose de generación en generación hasta nuestros días.
Desde hace ya más de veinte años, los charrúas estamos en un proceso de reconstitución como Pueblo – Nación, conjuntamente con los hermanos charrúas de Argentina. Estamos trabajando para derribar la representación social de la extinción indígena en nuestros países, para así poder salir de la invisibilización estructural a la cual fuimos y estamos aun sometidos. Hoy los charrúas estamos vivos, estamos de pie y volvemos a construir juntos nuestro propio destino.
En el año 2005 conformamos el Consejo de la Nación Charrúa (CONACHA), única organización indígena de carácter nacional, que nuclea a ocho comunidades y asociaciones indígenas de distintos puntos del país.
Según un estudio de ADN, realizado en el 2005 y que fue premiado por la academia, un 38% de la población uruguaya tiene origen amerindio. De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística, la población que se auto identificó con ascendencia indígena pasó de un 0,4% en 1996 a un 4.9%, según datos preliminares del Censo 2011.
Si bien Uruguay ha suscripto la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, no existe en la Constitución uruguaya un reconocimiento de la preexistencia étnica de los Pueblos Indígenas que habitaban nuestro territorio, ni tampoco existe un reconocimiento del carácter multicultural y multiétnico actual de la población uruguaya. No se reconocen en ella tampoco los derechos colectivos de los Pueblos Indígenas. Esto se traduce en la inexistencia de políticas públicas específicas para la población indígena, perpetuando así la imagen del Uruguay como “país sin indios”, de la cual se han vanagloriado varios presidentes uruguayos de esta época.
En mayo de 2009, en ocasión del Examen Periódico Universal del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, Uruguay dio su apoyo a la recomendación que le hicieran allí, de ratificar el Convenio 169 de la OIT a la brevedad, pero aun no lo ha cumplido.
Por todo lo dicho anteriormente, desde el Consejo de la Nación Charrúa queremos hacer el siguiente petitorio:
- Que el Foro Permanente sobre las Cuestiones indígenas recomiende al estado uruguayo que efectúe un reconocimiento de los Pueblos Indígenas que habitan en su territorio y que a la brevedad ratifique el Convenio 169 de la OIT.
Muchas gracias.