16/06/2010 es el Día mundial del Niño Africano. Casi 4,5 millones de niños del África Subsahariana mueren antes de haber cumplido los cinco años. La mayoría de esas muertes se pueden prevenir.
Aftin, de 12 años, vive en un pequeño poblado a las afueras de El Wak, Kenia
Este año el Día mundial del Niño Africano coincide con el comienzo de un período de 100 días en el que se pretende dar un gran impulso a la lucha por conseguir el Cuarto Objetivo de Desarrollo del Milenio: reducir la mortalidad infantil en dos tercios para 2015.
Durante los próximos 100 días los líderes mundiales se reunirán en tres ocasiones: el G8 en junio, la Unión Africana en julio y la cumbre de Naciones Unidas en septiembre. Por separado estas tres reuniones tienen el potencial de alcanzar acuerdos concretos para prevenir la mortalidad infantil de niños y niñas, pero juntos presentan una oportunidad única para la acción global.
En este contexto, queremos recordar que si continuamos con la tendencia actual, la mortalidad infantil no se reducirá en dos tercios hasta 2045, lo que supone 12 millones de muertes más de niños y niñas menores de cinco años. Estas vidas se pueden salvar si los líderes mundiales toman acciones concretas para cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
Casi 4.5 millones de niños y niñas del África Subsahariana pierden la vida antes de su quinto cumpleaños. La región concentra la mitad de los casi nueve niños y niñas menores de cinco años que pierden la vida en el mundo. Aunque esta cifra se ha reducido desde los 12 millones de 1990, todavía estamos muy lejos de alcanzar la reducción de dos tercios a la que los líderes mundiales se comprometieron en el año 2000.
Para conseguir alcanzar el Cuarto Objetivo del Milenio, consideramos que en los próximos 100 días:
• Los donantes internacionales y los países más ricos deben comprometerse al menos a duplicar el presupuesto destinado a salud, de 31 mil millones de dólares americanos en 2008 a 67-76 mil millones en 2015.
• Los líderes del G8 deben duplicar la ayuda bilateral destinada a la atención sanitaria materno-infantil, como parte de un compromiso en el que los esfuerzos de los países por mejorar la supervivencia materno-infantil no fracasen por falta de recursos.
• Los gobiernos africanos deben destinar al menos un 15% de su presupuesto a gastos sanitarios.
Pedimos a los Gobiernos un incremento drástico de los fondos dedicados a construir sistemas sanitarios sólidos y a proporcionar tratamientos para las enfermedades que más muertes infantiles provocan para cumplir su promesa de reducir la mortalidad infantil en dos tercios para 2015. Todos contamos para pedir a los Gobiernos que cumplan el compromiso de reducir la mortalidad infantil.
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