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Foto de Israel Leal/SIPSE
Por Jorge Agurto
Servindi, 04 de diciembre, 2010.- Una imagen vale más que mil palabras reza un viejo refrán, y el quebranto de la voz y las lágrimas de la máxima funcionaria de las Naciones Unidas pra el cambio climático no podían ser más expresivos para reflejar la situación.
Y es que Christina Figueres, de nacionalidad costarricense, además de una funcionaria diplomática también es una mujer sensible, madre de dos hijas, de 21 y 22 años de edad.
Pese a ser una de las personas más ocupadas de la Cumbre de Naciones Unidas sobre Cambio Climático se dio tiempo para dialogar de forma horizontal y directa el jueves 2 de diciembre con jóvenes de la misma edad de sus hijas.
En ella confirmó una dramática confesión: “no importa cuál sea el acuerdo que se logre porque será patéticamente insuficiente”.
Figueres pidió a los jóvenes de la organización “International Youth Climate Movement” no perder interés en participar para cuidar su hogar, el presente y el futuro de sus vidas porque de lo contrario las consecuencias caerán sobre los jóvenes y niños del futuro.
Con realismo confesó que la lucha por definir una visión compartida para enfrentar las emisiones de gases de efecto invernadero que contribuyen al calentamiento global es un proceso muy largo, del cual se están sentando las bases.
Los jóvenes portaban unos camisetas azules que tenían impresa la cita: “Han estado negociando toda mi vida, no pueden decirme que necesitan más tiempo”.
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