Luego de haberse replegado por la acción de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), los nativos de la comunidad de los “Nukak” en Colombia, hoy reclaman volver a sus territorios ancestrales.
Uno de los líderes de los nukak, Joaquín Nuká, hizo un llamado desesperado por la supervivencia de su pueblo ante el más alto comité de derechos humanos del país.
“Queremos volver a nuestra selva, de donde nos sacaron los guerrilleros de las FARC y no sabemos el porqué”, expresó.
Ellos fueron obligados por la guerrilla de las FARC a abandonar sus tierras, debido a que este grupo guerrillero considera que los nativos ponen en riesgo sus “operaciones” en la zona.
Los nukak, pueblo de cazadores y recolectores asentados en la región de Guaviare, en el sureste de Colombia, son uno de los 32 pueblos indígenas que se enfrentan a la dessaparición en ese país según la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC).
Por su parte, la organización internacional “Survival” inició una campaña para que los nukak puedan regresar a su reserva, con la condición de que se garantice su seguridad y de que reciban cuidado médico adecuado.
Fuentes de Survival indicaron que “la desesperada y deprimente situación de los nukak ya viene durando demasiado. Los nukak y otros pueblos indígenas son los que soportan el peso de las políticas equivocadas del Gobierno en su guerra contra las drogas.”
Desde que abandonaron la selva por primera vez en 1988, más de la mitad de los nukak han sido exterminados, principalmente por enfermedades comunes causadas por el contacto con los foráneos.
Ahora los indígenas intentan adaptarse a un nuevo modo de vida sedentario, y viven a las afueras de las ciudades dependiendo de la ayuda del Gobierno para sobrevivir.
“Allá vivíamos con los alimentos de la selva… La comida que nos dan acá en San José es buena, es de blancos, pero a los niños los molesta, nos hace falta el alimento de selva”, dijo Joaquín el líder indígena.
Respecto a la situación de los nukak, el senador colombiano Alexander López manifestó que el desplazamiento forzado, en especial de las comunidades indígenas de pueblos originarios amenaza de forma integral su supervivencia como pueblos.
“Los indígenas deberían regresar a sus territorios inmediatamente y su forma de vida debería ser protegida con dignidad”, indicó.
Sin embargo, uno de los métodos más polémicos que se emplean para erradicar la coca implica fumigar los cultivos con pesticidas mortales desde aviones.
Esto sólo ha servido para empujar a los agricultores hacia regiones cada vez más remotas de la jungla, provocando los actos de violencia contra las comunidades indígenas que viven allí.
Pese a los esfuerzos que el gobierno colombiano realiza en su guerra contra las drogas y, haber recibido una importante ayuda económica por parte de los Estados Unidos, el cultivo de coca para producir cocaína sigue arrasando la región.
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